CAPITULO 333
EL “ARMA ÚNICA” DE LA YUDAZ
El aquelarre Aevi era un pequeño pueblo escondidos en un bosque, como era común para la inmensa mayoría de grupos de brujas, mantenían sus comunidades ocultas de las amenazas del exterior con la “Protección de Astado”. Vivian sus días en relativa calma y conseguían todos los que necesitaban para subsistir con el comercio.
Gracias a la habilidad desarrollada por la fundadora de su aquelarre, “Nuila Aevi”, creo un hechizo con sus manos con unas fórmulas mágicas que imbuía en una escoba y le daba la capacidad de flotar. Al subirse a esta, la usuaria y el objeto mágico se enlazan, permitiéndole a la bruja elevarse y surcar por el cielo, además de imbuirle en un aura que le brindaba protección limitada contra los vientos fuertes.
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