Metalord Revolution Capitulo 309

CAPITULO 309

LA BIENVENIDA DE LOS INVASORES

Rozuel y compañía finalmente llegan a Windaz, la aldea transmitía a sus principales nativos de esta un aire sospechoso en la conducta de sus pobladores, de pronto, las dos brujas guías…

—¡ESTA AQUÍ!, ¡ROZUEL DRAYT!.

Con el exclamar a todo pulmón de aquellas palabras al mismo tiempo, convocan a un grupo de mujeres armadas que les rodean a todos, las mujeres armadas presentaban en sus manos desde ballestas, bastones con piedras mágicas incrustada en la punta y otros desenfundaron armas blancas como espadas con escudos y lanzas.

—¿Quién demonios son ustedes? -Fue la pregunta que les hizo el propio Rozuel.

El sangre de bruja estaba desconcertado, pero se percato de algo al instante, esas mujeres no eran nativas de la aldea, Riza entonces se dio cuenta de otro detalle.

—Ellas… son brujas -Revela la Gramwind —Puedo sentir su poder mágico, la esencia de la bendición de Astado en alguna, no hay duda de que son brujas.

—¿Qué hacen aquí brujas armadas que no son de Windaz? -Allum pregunto preocupado.

—¿Las brujas están en alguna clase de contienda territorial? -Riha pregunto.

—No, ellas no tienen ese tipo de “costumbres”, ya tienen demasiado problemas y enemigos como los cazadores de brujas, bandidos, y otras amenazas -Asegura Jhamel recostando a la inconsciente Tayra en el suelo con la ayuda de Crok.

Acercándose a las brujas armadas, se detiene en el medio revelándose como la líder de dicho grupo hostil, una mujer pelinegra de corta cabellera, portaba un vestido marrón oscuro equipado con protecciones ligeras en brazos y piernas, pero con protecciones metálicas en torno al torso, destacaba del resto por la capa blanca que llevaba encima.

—Ha pasado tiempo, sangre de bruja, me da asco ver tu cara nuevamente, pero debo cumplir con mi deber.

Aquella bruja sonreía con malicia mientras desenfundaba una espada de propiedades mágicas y con ella señala a Rozuel Drayt, el esper le tomo unos momentos recordar a la fémina que le hablaba con desprecio.

Madaleg Vesh -Cito Rozuel la identidad de aquella mujer.

—Es ella, la bruja insoportable de la ciudad discriminadora, Macur -Allum le reconoce también.

Aquella mujer quien también era una bruja como el resto, era la capitana de la “Guardia Wixau”, la rama protectora de la ciudad de Macur y el aquelarre Wicau, era la segunda con mayor autoridad de dicha fuerza, solo superada por la comandante Brala Nigme.

—Que tu estes aquí… ¿¡que hace el maldito aquelarre Wicau en Windaz!? -Pregunto iracundo el esper.

—Maldita abominación engreída, te atreves a levantarme la voz como si tuvieras derecho alguno de hablarme como un igual.

Ante las palabras de Madaleg, el sangre de bruja le apunto con el AK-47, eso hizo que los ballesteros y portadores de bastones tuvieran sus armas fijas en torno a él, esperaban cualquier indicio de ataque para responder de inmediato. El esper trataba de no dejarse llevar por las emociones o de lo contrario, sus compañeros pagarían las consecuencias de sus acciones imprudentes, pues estaban rodeado e inevitablemente indefensos ante tantos atacantes a distancia.

—Esto no es propio del aquelarre Wicau, se que ellos odian a los sangre de bruja, pero llegar a este punto de invadir otros aquelarres… ¿que es lo que traman? -Riza le pregunto.

—Solo vine a llevarme a ese engendro, es todo -Señalo con su espada a Rozuel.

—Inténtalo, ¡y te mato! -Riha tomo una de sus Beretta 92 y apunto a la bruja.

Mantenía su arma en alto y el dedo cerca del gatillo, no disparo respetando la postura del propio Rozuel, la Gramwind intento sacarle más información de las razones que tenían de querer a Rozuel.

—¿Por qué me buscan?, tengo mis sospechas… ¿podría ser acaso que tiene que ver con la última “Competencia Juvenil entre Aquelarres” que ocurrió?, que me guarden rencor por algo de hace años, que patéticas -Manifestó Roz.

La última competencia juvenil entre aquelarres fue algo insólito, por primera vez un sangre de bruja compitió en el evento, demostrando habilidades excepciones a la joven edad de 10 años. Pero la competencia quedo inconcluso para el aquelarre Windaz cuando un levantamiento de sangre de brujas se desato en Macur.

—Cierra la boca, y será mejor que te entregues, a no ser claro… que quieran perder a tus más preciados seres queridos -Aseguro Madaleg entre risas.

La bruja llevo su mano a un morral adherido en la cintura de su vestimenta, retirándose de su interior un arma que Rozuel reconoce a la vista.

—¡Hija de…! -El sangre de bruja aprieta los puños con ira.

—Captas rápido el mensaje, nada mal, sangre de fenómeno.

Del morral a su mano llevo una pistola, aquella arma fue fabricada por el propio Rozuel, en especifico aquel modelo se le fue entregado a su madre, Marian Drayt, como un medio de defensa personal. Que aquella arma terminara en manos de la bruja de Wicau y ante la amenaza dictada por sus palabras, la conclusión de la situación se hizo más evidente.

—Tu madre sí que nos dio BASTANTES problemas con esta arma, mato a varias de las mías antes de que pudiéramos derrotarla -Aclaro Madaleg —¡Debería haberla matado allí mismo!, pero necesitaba un buen “incentivo” para hacer que consideres… no cometer la estupidez de luchar contra nosotras, y si esto no es suficiente, esta también tu pequeña hermanita, Laiza Drayt, no quieres que le pase algo malo, ¿verdad?.

El sangre de bruja hervía emocionalmente de la rabia, su furia escalaba a tal grado que el propio Myldark podía sentir aquel sentimiento cargado de odio, quería aprestar del gatillo y que ese rifle de asalto llenara de agujeros a aquella bruja. Pero mantenía autocontrol de ese odio, porque de atacar entonces condenaría la vida de sus seres queridos, la seguridad de su madre y hermana era esencial para él.

—Que haya dejado vivir a tu madre y a tu hermanita, ¿no estas contento?, sangre abominable, deberías apreciar mi noble gesto de amabilidad para un ser repulsivo como tú.

La actitud discriminativa y altanera de Madaleg, la constante mención de la familia de Rozuel aclarando que sus vidas estaban bajo la palma de su mano y una carcajada de gozo que acompaño con la moción de la situación que estaba a favor de ella.

—Jajaja… este es sin duda el mejor día de mi vida -Dijo una alegre Madaleg.

—¡Pagaran por hacer algo tan vil y descarado! -Aseguro el Slime humanoide.

—¡Cobarde!, tomas rehenes y no luchas cara a cara -La Lupian se lo recrimino.

—No necesito críticas de “moralidad” de una asqueante semihumana y un monstruo disfrazado de “humano”, los dados están a mi favor -Se regocijo la bruja con el cruzar de sus brazos y una sonrisa arrogante.

—¿Qué propósito tiene el aquelarre Wicau para hacer esto?, ¿acaso la Eldar Carina Svensdotter esta al tanto de TODO ESTO? -Riza pregunto.

Ante la pregunta planteada por la muchacha de pelo naranja, la propia Madaleg y algunas brujas a su alrededor comienzan a reír un breve momento, sin responder a la cuestión planteada de Riza.

—Las armas al suelo, ¡¡¡AHORA!!! -Ordeno Madaleg —Como se te ocurra atacarnos, el resto de mis muchachas que mantienen cautivos a todos los prisioneros, tienen estrictas ordenes de ACABAR con todos ellos si oyen todo el alboroto que causes aquí, ¿quieres arriesgarte?, ¿¡quieres que mueran!?, ¿¡es eso!?.

Rozuel seguía entre la duda de disparar o rendirse, que la vida de su madre y su hermana estuvieran en juego era la ÚNICA razón para no haber disparado aun, la compañía que le seguía tampoco ataco primero dado a que respetaban la decisión del esper.

—Amo, si nos rendimos ahora, nuestras posibilidades de contraatacar podrían ser nulas -Expreso Allum.

—¿Cómo podemos fiarnos de que ella cumplirá con su palabra una vez bajemos nuestras armas? -Crok pregunto.

—Es tu decisión, chico, seguiremos tu elección -Aseguro Jhamel.

El sangre de bruja estaba por bajar su arma cuando al mirar en el suelo, observo a una criatura semejante a un topo con un hocico hecho de un cristal de índole mágico, dicha criatura salió bajo tierra bajo sus pies, en sus patas traía un pedazo de arrugado papel amarillento con una inscripción de tinta negra en esta.

Los rehenes están a SALVO, ataca a las brujas, te protegeremos de los agresores a distancia en el momento exacto, pero solo podrá funcionar una vez”.

La criatura topo desaparece lo que revela su naturaleza como un Espírano, un mensaje de un destinario anónimo que aseguraba que los prisioneros de las intrusas brujas de Wicau, habían sido salvadas, ¿pero ese mensaje era confiable?.

—¡Suelten sus armas!, ¡obedece, sangre de mierda! -Le ordeno Madaleg con su espada señalando a Rozuel.

Podía hacer caso a la nota leída y atacar a la bruja, pero estaba el riesgo de que no fuera real y la vida de su amada familia terminara en ese instante, y la otra opción era rendirse, nada bueno terminaría para él, ¿pero su hermana y su madre seguirían con vida?. El esper con impotencia y después de pensarlo tanto, toma su decisión y lentamente comienza a bajar su arma.

—Bien pensado, por fin haces algo decente en tu vida.

El rifle de asalto del esper estaba a punto de tocar el suelo, cuando rápidamente con su derecha cambia la modalidad del arma a “automático” y se pone en posición de tiro arrodillado apuntando con el AK-47 y abre fuego, asestando primero a algunas brujas con ballestas.

—¡NO MATEN A MADALEG VESH!, ¡incapacítenla, pero NO LA MATEN! -Fue la orden de Rozuel a todo su grupo.

Allum, Riha, Riza y Crok quienes eran los únicos que contaban con armas de fuego a la mano, acatan la ordenes del sangre de bruja y disparan contra las brujas hostiles, evitando darle a Madaleg.  

—¡INFELIZ HIJO DE…!, ¡ATAQUEN!, ¡MÁTENLO!, ¡ACABEN CON ESA ABOMINACIÓN! -Ordeno Vesh a sus brujas.

Las ballesteras que aun seguían en pie disparan sus virotes al unisonó y después les siguen aquellas equipadas con bastones con piedras mágicas, aquellas ultimas lanzan una combinación de ataques mágicos entre proyectiles de fuego, hielo y de energía pura de mana.

—¿¡Algún plan para defendernos de eso!? -Exclama una alarmada Aleab.

Los proyectiles de las brujas hostiles se acercan al grupo, y viendo que eran incapaces de evadirlo, parecen aceptar el destino que les aguardaba, pero el destino hoy no les asigno ser abatidos por la magia del enemigo. Inesperadamente un escudo mágico se manifiesta al instante en forma de domo que cubre a todo el grupo y rechaza todos los ataques mágicos a distancia de las brujas.

—¿¡Como!?, ¿¡de donde salió esa magia!? -Fue la frustrante sorpresa de Madaleg con el apretar de sus dientes.

Las brujas ballesteras y de los bastones mágicos cesan su magia con rostro estupefactos al ver que sus ataques no podían llegar a ellos, todos recargar su arma, excepto Rozuel quien con su brazo derecho estaba por colocar el cargador en el AK-47, pero su brazo izquierdo artificial lo suelta contra su voluntad.

—«Mi brazo izquierdo no puedo moverlo bien, está fallando».

El domo mágico desaparece y todos con sus armas cargadas atacan, Rozuel toma la Mauser C96 como alternativa con su derecha y estando ya cargada, procede a disparar con el resto. Logran eliminar a las brujas restantes con armas a distancia, y las que quedaban solo disponían de armas cuerpo a cuerpo, pero en lugar de utilizarlas, varias de ellas se preparan para realizar un hechizo.

—¡ENCANTAMIENTO NÚMERO 54…!

Era la magia principal desarrollada por el aquelarre Wicau, los “1000 Encantamientos de Astado”, una serie de hechizos versátiles ofensivos u ofensivas desde elementales, físicos, debilitantes, curativos, de apoyo, ect. Cada encantamiento estaba determinado por un nivel denominado “Grado” y solo podían ser utilizados únicamente por las brujas de Wicau “aptas”, el origen de tal fuente de magia “única” era un enigma para las brujas de otros aquelarres.

—¡… Bola Ígn…!

La magia invocada por las brujas es interrumpida por una mujer de piel morena de notable físico que enfundaba una larga espada pesada, la fémina aterriza aplastando a una y dando un giro completo corta a la mitad desde la cintura al resto. El resto de las brujas que iban a conjurar un encantamiento, cesan su cantico y se ponen en guardia ante una amenaza veloz como ella.

—¡La señorita Naya! -Allum la reconoce.

—¡Hey chico!, ¡yo me encargo de estas debiluchas!, ¡tu ve por esa maldita bruja que los lidera! -Naya le pidió con toda confianza.

La bruja fornida de piel bronceada llama la atención de las hostiles armadas con armas cuerpo a cuerpo, los brazos de Naya se transforman volviéndose más corpulentas y cubriéndola de un denso pelaje gris adoptando una forma animal canina. Era la magia de su ascendencia como bruja del aquelarre “Wildsword”, “Gladio Animalis”, una magia que intensifica enormemente fuerza y velocidad transformando las extremidades en forma de una bestia, pero solo podía aumentar una de los dos atributos mencionados.

 Naya era una usuaria de “Gladio Animalis” del tipo fuerza, el empuñar de su espada larga pesada con ambos brazos transformados, era capaz de sostenerla y realizar ataques más deprisa, ya que sentía que su peso era más liviano y sus brazos podían ejercer más presión en sus cortes con cada giro, combinado con su nato talento de la espada, las brujas que le enfrentaban la tenían difícil aun con el numero a su favor y les costaba realizar algún encantamiento dado a que se exponían a quedar totalmente quietas y vulnerables ante un espadazo de aquella combatiente habilidosa.

Pero no fue la única en combatir contra las brujas hostiles, Naya es ayudado por el Vigidente Jhamel, quien se hace con una espada del suelo proveniente de una de las mujeres derrotadas, apoyando a la fornida guerrera en su combate contra los numerosos oponentes.

—No necesitaba ayuda, pero aprecio el gesto -Naya opino.

—Lo importante es acabar con estas insurgentes y dejarle al chico el resto -Dijo el Vigidente.

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Madaleg al ver que casi todas sus brujas habían sido eliminadas, quedando únicamente en las cercanías aquellas especializadas en el combate cuerpo a cuerpo, la cual confrontaban con notoria dificulta a la fémina robusta morena y al Vigidente, se llenó de rabia e importancia, huir seria la opción idónea, pero se negaba a aceptar la derrota, no quería perder ante ese “sangre de bruja”.

—¡El resto ataquen a ese maldito sangre de bruja!, ¡mátenlo!.

La bruja pelinegro corto revela poseer más subordinados ocultos y les ordenas atacar, pero nadie acude en su ayuda.

—¡Les ordeno que me apoyen en este instante!, ¡AHORA!.

Pero seguía sin que nadie acudiera en su ayuda, sin embargo, Rozuel Drayt y compañía estaban a escasos metros de su posición, con sus armas apuntándole, la tenían en la mira y no le daba el tiempo a la bruja de reaccionar con alguna magia o encantamiento para defenderse, sabia lo veloz que eran aquellas armas que portaban sus enemigos y lo rápido que terminaría siendo alcanzada antes de que pudiera actuar.

—¡Se acabo malnacida!, ¡ríndete!, ¡AHORA! -Esta fue el sangre de bruja quien le dio las órdenes.

De solo ver como las tornas se voltearon y ahora la situación estaba a favor de Rozuel Drayt, llenaba de furia a Madaleg, las subordinadas que le quedaban estaban ocupadas con Naya y Jhamel, siendo derrotadas por este dúo, y sus restantes brujas no respondían a su llamado.

—¿¡Tienes idea de lo que hiciste!?, ¡han muerto!, ¡tu madre y tu hermana HAN…!

—¡Deja de mentir!, ¡pedazo de mierda! -Dejo el sangre de bruja en claro —¡Le gritaste a tus otras brujas para que acudieran a salvarte el culo y NADIE vino a ayudarte!, ¿¡acaso no te das cuenta de porque será!?.

El argumento del sangre de bruja tenía un relevante punto a favor, aquellos que se suponen debían haber asesinado hace un rato a los prisioneros luego de oír los primeros estruendo del combate, ¿por qué no acudieron de inmediato hacia su posición para apoyarle?.

—Ya no tienes a nadie que te salve ese purulento, vil y pedante trasero tuyo -Aseguro Riha con dos Beretta apuntando a la bruja.

—Ríndete, bruja de ciudad discriminadora -Fueron las palabras de Allum con el apuntarle de su revolver.

Era innegable su derrota, pues nadie estaba para brindarle ayuda alguna, Naya y Jhamel habían acabado con sus subordinadas restantes, Madaleg Vesh quedo a su suerte, pero la bruja se negaba a aceptar ser derrotada, menos que dicha derrota fuera en manos de “aquel individuo” que discriminaba por lo que era.

—No… ¡ME NIEGO A SER VENCIDA POR UNA ASQUEROSA ALIMAÑA COMO TÚ! -Exclama ella colérica.

Su ira era tal que mordía sus labios de la irritación, al ver que no podía recurrir a su magia, miro entonces a aquella pistola que saco de su morral, misma que arrebato a Marian Drayt y ahora estaba en su mano izquierda.

—No tienes intenciones de asesinarme, me necesitas con vida y eso te costara caro, maldito engendro abominable rechazado de Astado -Declaro Madaleg con una mueca iracunda que resaltaba las venas en su frente.

Tomo la pistola desde la culata y apunto con ella hacia Rozuel Drayt, recordó la manera en que la bruja anterior empuño dicha arma y la replico, llevando entonces sus dedos al gatillo de esta.

¡BANG!

El sonido de una pistola siendo disparada resuena con fuerza.

Continuara…

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